Querida Roko:
Cantas diciendo que estás en la
ciudad del mar, estás en la ciudad del sol y del amor... que estás en la ciudad
donde sola estás tú... pero tienes que saber que no estás sola. Tienes a veinte
mil alcalaínos atentos a cada nota, a cada paso, a cada emoción que desprendes.
Te aseguro que no hay mayor ni mejor tema de conversación en toda la ciudad. Alcalá
te acoge y te apoya; y si caes, no te importe, no dudes que Alcalá te arropará
y te consolará. Y queremos decírtelo desde ya, ahora que estás saboreando esta
enorme aventura.
Cantas que estás en la ciudad de la Música...
pero te equivocas otra vez. Tú eres Música. Te conocemos desde siempre, cantando sola,
cantando con las Viejas Maravillosas Glorias de tus hermanas, también te
hemos disfrutado con Saudade Chill. Te hemos visto subir al escenario e
improvisar en Casablanca, y bajarte sonriendo toda salpicada de aplausos. Eres
Música, porque has crecido con ella y ella ha crecido en ti, y las dos habéis
crecido juntas, alimentándoos mutuamente, dándote ella un gusto musical
exquisito, una voz cálida y una emoción sin límite; y tú le devuelves el favor
a la Música cantándola, viviéndola, compartiéndola. Le devuelves el favor a la
Música con tu preparación, tu creatividad, tu experiencia y tu trabajo. La Música es caprichosa,
pero sabe lo que quiere: Quiere libertad, luz y emoción; y eso requiere un
sacrificio y una entrega absolutos, requiere que viertas toda el alma en ella y
te dejes contagiar por su magia... Y eso es precisamente lo que vemos en ti... así que qué puedo decirte yo que tú no sepas, tú
que sabes que cuando cantas, tu voz no viene desde la garganta, sino desde más
adentro.
Cantas, y cuando cantas tu
deslumbrante luz crece, y tu enorme sonrisa se desparrama y se vierte por cada
rincón. Gracias por regalarnos eso. Cantas sola en escena, pero nos llevas a todos detrás, enganchados a la
pantalla cada lunes como nunca se ha visto en Alcalá. Mucha suerte. Y si caes, -insisto-
no te importe, que tú ya has ganado. Has ganado el corazón de Alcalá, aunque...
en realidad, ya era tuyo.
JayCee Kaizen.